Correr para esperar y esperar para correr

Ayer volvieron varios amigos desterrados de otras zonas de nuestra geografía para celebrar cierto acontecimiento de la mejor forma que sabemos, bebiendo hasta no sentir ningún sentimiento.



Cuando el alcohol hacia mella en nuestros cuerpos, recordamos cuando luchamos en terreno enemigo varios años atrás. Por entonces aun luchábamos por lo que realmente importa, dinero, poder, ambición e incluso por propia sed de sangre.
Cierto día mientras comíamos en las cantinas la comida que robábamos a unos prisioneros antes de mandarlos a un campo de trabajo, sonó la alarma de alerta roja, fuimos a por los fusiles, pero cierto soldado para intentar lavarles les tiro a la piscina con un bote de fairi, el pensó que se lavarían todos antes y perderíamos mucho menos tiempo. Nuestro amigo hubiese sido fusilado en el momento, si no fuera porque no había ninguna arma.

No teníamos con que defendernos, los enemigos sedientos de venganza querían nuestras cabezas, no sabíamos que hacer, estábamos poseídos por el miedo, sin embargo algo ocurrió. De la cocina salió nuestro sargento con los pantalones medio bajados, camisa fuera y borracho como una cuba, y nos grito con todas sus fuerzas:

- Correr para esperar! y esperar para correr!!

Nadie sabía lo que significaba, pero quizá fue el moho de la comida mezclado con el pan de hace 2 meses, pero esas frases nos dio una fuerza inimaginable, cogimos tenedores y cuchillos de plástico y nos lanzamos contra sus rifles comprados con diamantes del apartheid.


Nuestro tropa estaba formada por 3000 hombres, murieron 2960, 20 de ellos estaban en la enfermería recién operados de fimosis y no salieron a luchar, el resto gracias a la metralla obtuvimos superpoderes, mi poder fue el de poder cocinar un huevo pasado por agua sin agua.


Buenos tiempos sí señor....






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